Mi nombre es Albert Masferrer,
desde mi adolescencia empecé a preguntarme: ¿qué sentido tiene la vida?, ¿qué sentido tiene estar aquí? ¿Por qué tengo que ir al colegio si no quiero?, ¿por qué trabajar?, ¿por qué seguir unas normas sociales?.
Tuve una infancia y adolescencia muy complicadas, crecí en una familia desestructurada. A la edad de 5 años encontré el equilibrio en algo que cambió mi vida para siempre: las artes marciales y la filosofía oriental, que hasta el día de hoy se han convertido en mi gran pasión.
En mi adolescencia me sentía solo, abandonado, perdido, diferente, incomprendido, sin encontrar mi lugar en esta sociedad. Me sentía como una manzana podrida dentro de una cesta de manzanas sanas. Esto me llevó a tener conductas autodestructivas, pero sabía que existía un tesoro que estaba buscando, aunque no sabía dónde.
Viajé a Tailandia durante más de cinco años, viviendo en templos budistas, practicando artes marciales y profundizando en el conocimiento de la filosofía “Advaita”, que nos enseña que todo está conectado con uno mismo, sin existir la dualidad.
Encontré el tesoro que tanto anhelaba: el yo conectado a la divinidad que lo sustenta todo, dando así sentido a mi vida.
Me di cuenta de que todos los conflictos que tenía estaban relacionados con mis traumas familiares y que esos conflictos eran solo una interpretación, sin relación con la realidad. La integración de este conocimiento produjo un cambio en mi vida física y emocional.
Decidí formarme como psicoterapeuta, con el único objetivo de ayudar y servir a quien lo necesite. A través de mis estudios complementé mi aprendizaje de vida para poder compartir este conocimiento y así más personas puedan beneficiarse y cambiar sus vidas como lo hice yo.
Todos vivimos en un mundo ordinario y dentro de cada uno de nosotros hay un mundo especial.
¿Estás preparado para conocer tu tesoro?, ¿Tienes ganas de recuperar tu felicidad?, ¿Tienes ganas de despertar a una nueva realidad?.
Agradecimientos:
Doy gracias a la divinidad por poner encrucijadas en mi vida y darme la fuerza para poder trascenderlas y convertirlas en un aprendizaje que me hace mejor persona.
Gracias a mi esposa por acompañarme en todo momento y creer en mí.
Gracias a mi madre por estar siempre a mi lado.
Gracias a mis hermanos por aprender y crecer a mi lado.
Gracias a mis maestros de artes marciales, filosofía Advaita y a los profesores de todos mis estudios de psicoterapia que, gracias a ellos, me indicaron el camino para encontrar ese gran tesoro escondido en mi corazón.
